En los últimos años, las clínicas dentales han avanzado en cuanto a la tecnología y a la estética se refiere. Han pasado de ser esos lugares austeros e inhóspitos que se representan en las películas, a instalaciones pacíficas y limpias que transmiten seguridad y tranquilidad. Sin embargo, estos valores dejan de transmitirse en el momento en el que la clínica dental no cuenta con desfibriladores, teniendo en cuenta todos los riesgos de sufrir una parada cardiorrespiratoria que en ella residen. Por tanto, para otorgar seguridad a los clientes, la clínica deberá constituirse como un espacio cardioasegurado. Actualmente, no hay obligación legal de cardioproteger las clínicas dentales. Es algo que depende de las autonomías, siendo la Comunidad de Madrid la única que ha llevado a cabo la obligatoriedad de ello. El 7 de noviembre de 2018, la Comunidad de Madrid emitió la Orden 1158/2018. Mediante esta obligaba a las clínicas dentales a contar con desfibriladores a partir del 20 de junio del 2020.
Madrid, pionera instalando desfibriladores en clínicas dentales
En este aspecto, Madrid se constituye como pionera, ya que hay bastantes riesgos en las clínicas dentales. Para empezar, encontramos que son un lugar en el que se suministran anestésicos y otro tipo de medicamentos para llevar a cabo intervenciones quirúrgicas orales. Por ello, se debe tener en cuenta que cada persona reacciona de cierta manera ante estos químicos y, en ocasiones, puede suponer una parada cardiorrespiratoria. Es más, los datos afirman por cada 10.000 anestesias practicadas, 2,6 desembocan en una parada cardiorrespiratoria. Aunque las cifras no parezcan alarmantes, son una probabilidad a tener en cuenta. Asimismo, las personas que acuden a las clínicas dentales son de un rango de edad muy amplio. En este se incluyen personas de la tercera edad, las cuales corren un riesgo mayo de reaccionar negativamente al suministro de fármacos. Además, también se suma el problema de que algunos de los pacientes tengan antecedentes relacionados con enfermedades del corazón. Por estas razones, hacer de nuestra clínica dental un espacio cardioasegurado debe ser una prioridad. Legalmente, las clínicas no están en la obligación de hacerlo, excepto en Madrid. Aunque ello supone una forma de otorgar seguridad a los pacientes y evitar más fallecimientos por paradas cardiorrespiratorias.